El Seitai ofrecido a la Humanidad
Lo que más impresionaba de Katsumi Mamine era su forma de mirar. Su forma de decir. Su forma de existir.
Impresionaba la delicadeza de sus gestos. Su cultura refinada. Su respeto al tocarte con un Yuki labrado a lo largo de una vida de entrega al Seitai. Fascinaba el vaivén de su respiración. La manera de sentarse en seiza con sus hombros un poco adelantados. Porque así era. En Katsumi Mamine todo iba hacia delante. Sus hombros. Su manera de llevar su estudio hasta el final del trayecto.
Y también iba hacia arriba. Soñó, imaginó, dibujo una quimera en su pensamiento. Lo estudió todo y lo mejoró.
Katsumi Mamine logró algo tan titánico, que aún no doy crédito.
¿Cómo pudo hacerlo?
De algo no tengo duda. Algún día su labor será reconocida por toda la sociedad global.
Porque Mamine tomó el gran descubrimiento del otro gran gigante, su Maestro Haruchika Noguchi y lo devolvió a la sociedad, “listo para usar”.
Descubrir Seitai es vivir dos veces. Y ahora es mucho más fácil acceder a esta Cultura Universal de Vida y Salud que nació en Japón, gracias al extraordinario trabajo que llevó a cabo mi Maestro, Katsumi Mamine Miwa, nacido en Tokio el 31 de Marzo de 1944 y lamentablemente fallecido en Barcelona, el 14 de Abril del 2020.
Gracias Katsumi por haber vivido. Usted, el estudiante de Bellas Artes que un día se arrebató con una brocha y un lienzo en el que dibujo círculos hasta llegar al núcleo de su destino.
Cuando logró trazar el círculo perfecto, en usted nació una certeza: no se dedicaría a la pintura, sino al Seitai.

NOTA: al final de este blog, tienes un audiovídeo con todo el contenido leído por la autora, auqnue te recomendamos siempre leer, porque el resto de vídeos que integran este escrito, no aparecen y te perderías escuchar a Katsumi, algo que siempre es una delicia.
KATSUMI MAMINE: DE CÓMO HALLÉ UN MAESTRO
En el año 2003 y de forma casual, descubrí el Katsugen Undo, la práctica principal del Seitai.
¡Y me quedé tan alucinada…!
¿Cómo era posible que algo tan sencillo que te hace sentir tan bien, no se conociera?
Ya por entonces escuché hablar de Katsumi Mamine, un señor japonés que vivía en Barcelona, alumno directo de Haruchika Noguchi y del que se decía que era como una especie de catedrático del Seitai y su Dojo, una Universidad.
Si alguien quería pasar de la práctica personal que conlleva el Katsugen Undo y adentrarse en el SEITAI con mayúsculas, no había mejor lugar.
Pero… ¡Uff! Aquello me pareció algo tan grande, que ni por asomo se me pasó por la cabeza ir. Sentí que primero debía vivir las prácticas y después ya veríamos.
Y de ese ya veríamos hipotético y casual, hasta el día que me tope con Katsumi por primera vez, pasaron 7 años.
Durante 7 años me dediqué a profundizar en mi práctica. A diario. Con total pasión. Y cuando me sentí preparada, me puse en contacto con el Dojo, para pedir una cita privada con Katsumi.
Yo no soy mitómana, pero en el AVE que me llevó de Madrid a Barcelona, recuerdo que había un sentimiento interno en el que se detectaba un reguerillo de mariposillas removiéndome las tripas.
Al mirar por la ventanilla del tren y al empezar a divisar a lo lejos el macizo mágico de Montserrat, esas mariposillas vibraban aún con más brío.
Ya por entonces escuché hablar de Katsumi Mamine, un señor japonés que vivía en Barcelona, alumno directo de Haruchika Noguchi y del que se decía, que era como una especie de catedrático del Seitai y su Dojo, una Universidad. Si alguien quería pasar de la práctica personal que conlleva el Katsugen Undo y adentrarse en el SEITAI con mayúsculas, no había mejor lugar.
Y era normal. No sé tú. Pero yo no he tenido la experiencia cotidiana de ir al encuentro de un Maestro.
Y el Maestro no decepcionó.
Realmente desde el primer momento se estableció una corriente de simpatía mutua. Y pasaron cosas muy, pero que muy graciosas, que están reflejadas en mi primer libro de Seitai y que te recomiendo encarecidamente leer, si te interesa lo que esta maravilla puede ofrecerle a tu vida. Se llama Seitai Inteligencia Vital.
A esa primera vez, sobrevinieron muchas otras. Porque al poco de conocerle, me dio permiso para acceder a su curso especial para instructores.
Y fue así como durante 6 años yo viajaba desde Madrid, cada miércoles, a su dojo de Barcelona a recibir todo ese conocimiento.
Como era consciente de la envergadura de lo que me estaba pasando, grababa todo en vídeo y el resto de la semana me la pasaba transcribiendo sus clases de manera literal, adaptada a la lectura.
A día de hoy tengo miles de páginas que traman un conocimiento que Katsumi ni siquiera ofreció en sus libros.
Clases de Seitai Soho.
Clases de la observación del Movimiento configurando la estructura.
Clases de cómo acceder a esa estructura.
Sentirla.
Captarla.
Y conectar con ella.
Una joya que algún día verá la luz.
Pero para eso, se deben dar unas condiciones objetivas, que hoy en día no se dan.
… Pero se darán 🙂

Aquel trabajo que me llenó de él. De su manera de transmitir. De su forma de respirar. Y lo más importante: lo que él quería comunicar.
Y esa es mi especialidad. Captar lo que alguien quiere decir y expresarlo por escrito, como esa persona desea.
Mi trabajo en los años de tele, fue en muchas ocasiones, precisamente ese: interpretar la manera de expresar de un locutor o locutora, en concreto y escribirle sus pasos en las noticias.
Incluso hubo una época en la que yo era una especie de Cyrano de Bergerac de Rosa Mª Mateo.
Juntas creamos durante un tiempo un equipo muy especial.
Yo escribía los cierres de sus informativos y ella los leía de manera magistral. Algo que suponía siempre un pico de audiencia y a mí me permitía divertirme con la creación de un Editorial diario que recibían en sus casas, millones de personas.
Y para que eso suceda, hay que escribir como respira el personaje, no como tú escribes. En literatura a esta figura se las llama, «negros». Algo que nunca haré por trabajo, sino por pasión.
Así que no sé cómo Katsumi supo que yo podría hacerlo, pero a los dos o tres años de yo acudir a su Curso de Instructores, me ofreció colaborar con él en la redacción de su único libro publicado por una editorial, El Movimiento Vital que me invitó, a prologar.
Y así es como entre el Maestro y la discípula, nació una colaboración que se alargó en el tiempo.
Porque en mí nació la necesidad de escribir sobre su labor de toda una vida.
Y él fue siempre muy generoso. Apoyó ese trabajo mío. Siempre agradeceré que también prologara mi primer libro Seitai Inteligencia Vital y dedicara su precioso tiempo a supervisar los otros dos, Seitai Mujer Vital y Seitai Katsugen Undo.
¿Cómo ocurrió todo aquello?
Aún no lo sé. Porque todo el mundo decía que era súper complicado trabajar con él.
Desde luego, para nada fue esa mi experiencia. Yo sentía que todo fluía entre nosotros. Y sentí siempre un gran respeto hacia mi trabajo.
Como te digo, no sé cómo ocurrió, pero ocurrió. Los hados se configuraron de aquella manera espontánea y siempre le estaré agradecida por ello.
*Si te apetece puedes echar un vistazo a este vídeo, donde hay un extracto de la presentación del libro Seitai Inteligencia Vital, en la increíble Sala de Arte el Espai de Carmen Galofré. Y todo el evento está disponible en el Canal de Youtube de BioSeitai.
También puedes leer el prólogo que escribió Katsumi en el libro Seitai Inteligencia Vital pinchando este enlace. Y el prólogo que con tanto orgullo escribí para su libro El Movimiento Vital.
KATSUMI MAMINE: UN SUERTUDO VITAL
Y digo suertudo, porque Katsumi fue uno de los privilegiados que vivió la Cultura Seitai desde antes de nacer.
Su madre, Hiroko Miwa, fue una persona muy vinculada al dojo central de Tokio, donde Haruchika Noguchi impartía sus conocimientos. Y lo estuvo hasta que cumplió 92 años. Cuando se retiró siguió atendiendo en casa a gente a través del Seitai Soho hasta casi su muerte, poco antes de la de su hijo Katsumi.
Yo me imagino a esta mujer como una persona increíble, con una gran sensibilidad y una respiración muy especial. También la imagino haciendo Yuki a Katsumi mientras que flotaba en su vientre durante su gestación.
Pero cuando digo que Katsumi fue suertudo, es porque además recibió Yuki directo de Noguchi.
Un privilegio. Una suerte. Y un arranque vital, fuera de lo normal.
Katsumi tuvo una infancia que no fue fácil en cuanto a la relación con su padre. Otro personaje del que se me iría otro blog y en lo que no voy a profundizar. Pero fuera de esto, Mamine niño se movió en un ambiente muy culto donde la música era un eje central en la sensibilidad familiar.
Digo suertudo, porque Katsumi fue uno de los privilegiados que vivió la Cultura Seitai desde antes de nacer.
A modo de anécdota, contarte que la madre de Katsumi fue responsable junto a un grupo de personas, como el Maestro Itsuo Tsuda, de desvincular el Katsugen Undo de la atención terapéutica y convertirlo en una práctica saludable, para cualquier persona.
Katsugen Undo Kai, se llama esto.
Y también la Señora Miwa, fue la persona que puso en contacto al maestro Haruchika Noguchi y al humanista Shinichi Suzuki, creador del internacionalmente conocido método de música que lleva su nombre.
El pequeño Katsumi empezó a formarse en la música desde los 0 años, tal y como proponía el Método Suzuki, y estuvo impregnado del ambiente del Seitai desde muy pequeño.
Como origen y base, no está nada mal, ¿no te parece?

Así que tenemos a un pequeño tímido, pero ávido de conocimiento, lleno de curiosidad, observando con atención todo lo que ocurría en aquel Dojo humanista, por el que pasaban personajes clave de la Sociedad japonesa, e incluso extranjeros, que llegaban atraídos por uno descubrimiento sobre cómo vivir, realmente sorprendente e innovador.
Katsumi, cuando recordaba aquella época, siempre nos hablaba de la perplejidad que sentía al darse cuenta de que lo que recibía en aquel espacio sagrado, no aparecía en las enseñanzas impartidas en la Escuela.
¿Cómo era posible que algo que hablaba realmente de todo lo que él sentía, en su colegio fuera algo desconocido?
Como el pequeño Katsumi salió estudioso, se decantó siempre los las Ciencias. Y justo cuando tenía que examinarse para su acceso a la Universidad, dio un repentino giro y se presento a la Escuela de Bellas Artes de Tokio, una de la más importantes del mundo y muy difícil de ser aceptado.
Por lo que lo rechazaron.
La primera vez.
Porque durante un año se preparó hasta que llegaron de nuevo los exámenes y aprobó.
En este momento estarás pensando que el joven Mamine estaba pletórico. Pero no fue así. Más bien, todo lo contrario.
Katsumi, en el solemne acto de presentación de los nuevos alumnos, destinados todos a ser grandes artistas, comprobó que sus compañeros tenían un destino marcado y tenían ideas muy claras de lo que harían a partir de entonces.
Pero él no.
Sintió un vacío enorme porque concluyó que allí no había nada para él.

Pero como disciplinado que era, terminó la carrera, presentó su trabajo de fin de curso y decidió viajar a Europa, a la que consideraba la cuna del arte.
Barajó varias posibilidades.
Tenía claro que su destino seríar una ciudad grande. París era un buen lugar, pero le resultaba demasiado fino. Roma, Milán… Sí, pero tampoco le convencía. Le parecía un ambiente un poco de película. Finalmente pensó en España: Madrid o Barcelona.
Desde niño, durante su etapa musical junto a Suzuki, sentía fascinación por Paul Casals.
Un gusto compartido con Noguchi, que también era muy admirador del chellista catalán.
Es por eso, por lo que finalmente se inclinó por Barcelona.

Sobre su solitaria vivencia en Cataluña durante los primeros años, hablo largo y tendido en el libro Seitai Inteligencia Vital, dedicado al Seitai y a su trabajo. Por lo que no me voy a extender ahora.
Sólo comentar que las Bellas Artes que estudió Mamine y el Seitai que había vivido durante toda su vida, pero al que no se imaginaba dedicar, encontraron un link. Un link a través del lienzo sobre el que te hablaba al inicio de este escrito.
Cuando Katsumi contaba con 28 años, en 1972, empezó a impartir Prácticas y Conocimiento Seitai en Barcelona.
EL DOJO DE KATSUMI MAMINE: UN HERVIDERO DE VIDA Y DESCUBRIMIENTO
España estaba aún inmersa en una larga dictadura. Pero empezaban aparecer pequeños brotes de esperanza. De lo que empezaron a surgir personas muy curiosas que se interesaban en profundizar en conocimientos nuevos, muchos de ellos provenientes de Oriente.
Es por lo que en poco tiempo, el Dojo de Katsumi era centro de reunión de personas muy, muy interesantes: gente que se dedicaba a la danza, a la música, al sufismo, al yoga, a la educación, a la medicina… Y resulta, que todas ellas encontraban en las prácticas de Katsugen Undo y Yuki, una base que daba sentido a todo.
Porque así es.
TODO ES UNO.
Y el Seitai es UNO.
Algo que da brillo y sentido, a cualquier actividad humana. A cualquier vivencia. A cualquier sentir.

Sin embargo el inquieto Katsumi, una vez más no se conformó.
Que su Dojo fuera un lugar tan valorado por muchas personas, no significó para Katsumi una meta alcanzada.
Al contrario.
Aquello sólo fue el principio.
Había algo que no se estaba desarrollando como debía. Algo en el ambiente, no era lo vivido por él en el Dojo de Tokio de su Maestro, Haruchika Noguchi.
Algo pasaba en la transmisión del Katsugen Undo, que no comunicaba correctamente.
La gente se movía. Sí. Pero no veía que surgiera un Katsugen genuino, como recordaba en el Dojo de Noguchi.
Y es así como, cuando llevaba 15 años inmerso en esa vorágine, tomó la decisión irrevocable de frenar el ritmo.
Tenía algo que hacer.
Se dio cuenta de que al legado de su maestro le quedaba una labor por realizar.
Aquella inmensidad requería ordenación.
Y eso significaba encierro y estudio.
Por lo que había que rebajar la actividad frenética diaria del dojo.
Noguchi había sido un personaje irrepetible. Intentar imitar su forma de hacer, su forma de intuir, su forma increíble de percibir el movimiento en cada estructura reducida de vida como puede ser una célula, era algo inalcanzable para la mayor parte de los humanos.
Noguchi podía realizar un soho en dos minutos. Era capaz de captar la vitalidad de una persona o predecir su muerte inminente con un simple vistazo.
Pero el resto de los mortales estamos abocados a la simpleza y al aprendizaje limitado.
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Mamine estaba convencido de que lo aportado por Noguchi, fallecido en el año 1976, corría el riesgo de desvirtuarse con apreciaciones subjetivas por parte de cada uno que quisiera tener relación con esto.
Para evitarlo, era necesaria una ordenación, a través de la cual, se podrían asentar unas bases inalterables.
Consideraba que era fundamental establecer un acuerdo común como punto de partida. Y que a partir de ahí, cualquiera pudiera moverse en libertad, en busca de nuevos caminos que explorar.
Su decisión requería reducir horas en el dojo.
Todo en aras de realizar eso que se le había metido en la cabeza.
El Seitai necesitaba una síntesis, una base, una bacteria que se desarrollara en nuevas experiencias. Algo que significara el punto de encuentro para todo el que estuviera interesado en profundizar en él.
Pensó que este trabajo complementario le llevarían dos, tres, cuatro años.
Pero no fue así.
Mamine falló el cálculo.
Esa revisión, esa síntesis, le consumió 45 años

Katsumi Mamine: casi medio siglo de estudio de la Ciencia y el Seitai
Fue entonces cuando Katsumi Mamine empezó a estudiar diversas áreas de la ciencia.
Su método de trabajo fue el siguiente.
Tomaba una ciencia importante, relacionada con la vida y el ser humano. La estudiaba. Y cuando la controlaba, empezaba a observar sus datos, desde el punto de vista del movimiento vital que descubrió Noguchi.
Y resultaba… ¡Que todo encajaba!
La Ciencia contemplaba todo lo hallado por Noguchi, pero no lo había ordenado nunca antes, de esa manera.
Ante los ojos atónitos de Katsumi, se abría un mapa de conocimiento que daba sentido a TODO.
Para ello estudio Anatomía, Embriología, Evolución de las especies, los Canales Energéticos de la Medicina China y todo se interrelacionaba y crecía con esta observación.
Se lamentaba a menudo de no haber tenido tiempo de adentrarse en la Ciencia de los Genes. Algo que realmente sólo podía hacer él y es una pena que no haya sido posible.
Pero sea como sea, su trabajo fue inmenso.
No sólo ordenó y dotó de sentido el Descubrimiento de Noguchi. Sino que realizó hallazgos propios, como la nominación de 5 movimientos y su joya más preciada, la CVP.
La Vida se manifiesta a través de 5 movimientos absolutamente interdependientes entre sí. Cualquiera de ellos existe gracias a la presencia de los otros cuatro. En origen fuimos 5 grupos celulares embrionarios. Ellos formaron todo lo que somos hoy en día.Somos 5 grandes sistemas orgánicos y sus centros, 5 cavidades y sus correspondientes sistemas orgánicos. Los 5 movimientos, al ser interdependientes, tienen la necesidad vital de coordinarse.
Katsumi Mamine Miwa, investigador de la ciencia y el Seitai
Sobre este importante término CVP: Cráneo-Vértebras-Pelvis profundizaré en otro escrito de este BLOG.
Pero te adelanto que este término no sólo le sirvió a Katsumi para realizar una mejor transmisión del Katsugen Undo. Sino que ha aportado algo, que cambia por completo el conocimiento base de la ignorada naturaleza humana… Y de la vida en general.
El Seitai no es una cosa oriental. Es el recurso de la vida que respeta lo espontáneo.
Katsumi Mamine Miwa, estudioso de la Ciencia y el Seitai

14 DE ABRIL DEL 2020: FALLECIMIENTO DE KATSUMI MAMINE
El mundo paró en marzo del 2020. El mundo escuchó hablar de Covid 19. De mascarillas. De confinamientos. De muertes. De incertidumbre. De miedo.
Se hizo un gran silencio en las calles de todo el mundo. La actividad de un planeta interconectado frenó en seco.
Ya no se veían rastros blancos de aviones en el cielo. Las carreteras se vaciaron. Se cortaron los abrazos. Los rostros se taparon…
…Y entre todas las catástrofes acaecidas, hubo una, pequeña para el mundo, pero enorme para los que amamos el Seitai y teníamos el Centro de Katsumi como un templo.
Después de cuarenta años, el pequeño Dojo de Mamine, cerraba.
¿Cómo algo temporal?
Nadie sabía nada en ese momento. Pero imagino que Katsumi, un hombre de gran inteligencia, supo que eso iría para largo.
Sea como sea, justo un mes después, el Maestro Katsumi Mamine falleció en su casa rodeado de toda su familia.
Fue un shock para todas las personas que lo respetábamos y que estábamos involucrados en su trabajo de manera directa.
Escribí un sentido BLOG sobre tu partida. Pero ya no está disponible, porque esta Web cambió y con ella la presentación de los escritos.
Pero quedan dos vídeos que realicé.
El primero, el día de su fallecimiento.
El segundo, un año después, a modo de homenaje y recuerdo.
Escuchar a Katsumi Mamine, es siempre una delicia.
Cuando recibí la noticia, pocas horas después de su fallecimiento, sentí un gran vacío.
Porque no sólo es que se muera alguien a quien aprecias. Es que se va alguien que está aportando un legado fundamental a la Humanidad.
El mundo se paró.
Su Dojo se paró.
Y eso es aún un dolor irresoluble, al que habrá que empaquetar en algún momento en lo hondo.
Porque Katsumi ejercía de elemento aglutinador entre todas las personas que lo rodeábamos.
Y eso ya no está. Algo que traerá graves consecuencias para agilizar el proceso de expansión de algo tan valioso.

Noguchi lo tuvo claro.
Katsumi lo tuvo claro.
El Seitai está llamado a ser la gran revolución cultural y vital que disfrutará la Humanidad.
De eso no tengo duda.
El Ser Humano se tropezará una y otra vez. Hará sus guerras. Seguirá machacando sin piedad, este planeta increíble.
Y cuando estas acciones dejen definitivamente extenuada a toda una sociedad, encontrará en el Seitai una hoja de ruta para reconstruirse y avanzar.
¿Es grande lo que digo?
Lo es.
Pero así de grande es el Seitai.
CONTINUAMOS….
Laura López Coto
Escritora especializada en Seitai y Directora de la Escuela Seitai

¿Tienes el día Vago?
¿Prefieres escuchar este blog a leer?
Puedes hacerlo escuchando este video-audio de boca de su autora, Laura López Coto. ¡A disfrutar!

Laura López Coto
4 respuestas
Por los años 70, un conocido que me produjo un problema personal, me enseño la practica del katsugen.
Yo decidi poder realizar aquel movimiento involuntario, un poco para ponerme a su nivel.
Durante tiempo hacia los dos movimientos introductorios y me quedaba parado de pie esperando que surgiera el movimiento, no queria que fuera algo voluntario y racional, y asi pado tiempo sin que sucediera nada.
Un dia, sin mas, el cuerpo empezo a moverse, fue algo magico.
Entonces empece una practica constante y al mismo tiempo asisti a uno de los primeros talleres del maestro Mamine en Barcelona.
Yo decidi que no necesitaba mas enseñanzas ni teoria, solo practicar.
Fui adquiriendo mucho poder, pero me perdi bastante y supongo que el ego de incho, con lo cual decidi hacer otras practicas en las que un maestro me guiara.
Desde entonces mi practica ha sido irregular y no he conseguido sanar mi ser.No se porque.
Hola! Gracias por compartir.
Desde luego los cambios se disfrutan con la práctica continuada. Como en todo… Pero es algo tan agradable, que se puede hacer en cualquier lugar, que me cuesta imaginar mi vida sin vaivén, sin Katsugen Undo y sin Seitai.
Quizá es momento de retomarlo 🙂
En este momento de un cambio tan brutal por el virus, encontrar esta información tan certera del Seitai y Kstsumi tras su partida..me llena de esa alegría profunda de quien conoce un tesoro.
En el año 90 entré por 1a vez en el dojo de Lesseps con todo lo que ese hallazgo supuso y cambió mi vida…y sigo hoy practicando en casa reconociendo más y más su valía.
Gracias Laura por esa continuidad.
Un fuerte abrazo.
Isabel Moreno
Muchas gracias Isabel por tu comentario y por compartir tus reflexiones.
Tuviste la suerte de conocer a Katsumi en su Dojo de Lesseps y recibir este descubrimiento, que definitivamente, nos cambia para siempre. Un abrazo fuerte y hasta siempre!!